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Buenas a tod@s.

Quería escribir mi último post del año haciendo un pequeño resumen a nivel personal de lo que ha sido mi 2018.

Este año he madurado, aprendido y conocido a nuevas personas, de las cuales muchas han querido seguir acompañándome en 2019, y eso me hace muy feliz. Lo cierto y a la vez, un poco triste, es que este año se me ha pasado extremadamente rápido. Estoy muy feliz de lo que he cosechado todos estos meses y estoy seguro de que me ayudará de cara al futuro.

Los comienzos de este año 2018 no fueron nada fáciles. He tenido mis baches personales tanto en el campo del amor como en el de las amistades. Me ha costado asimilarlo muchos meses del presente año, pero las cosas a veces pasan, las relaciones se resienten y a veces se rompe el hilo por tirar demasiado de él, aunque duela. Creo que he mantenido la compostura en muchos aspectos, centrándome siempre en mi futuro laboral cuando las cosas iban mal y cobijándome en la familia, eso que siempre está ahí (aunque algunos aparecen solo en estas fechas navideñas, guiño, guiño). Súper feliz con el nacimiento de mi primer sobrino, el que me ha puesto el rango de “tito”, con quien espero pasar muchísimo más tiempo en el año que asoma.

Para mí, poder trabajar de lo que quería este año ha sido pieza fundamental para que sea único, porque gracias a eso he encontrado gente nueva con la que compartir aficiones, experiencias, secretos, cervezas y mucho, mucho más… Eso sí, tampoco puedo olvidarme de aquellas personas incansables que han sabido soportarme tantos años (tanto las cosas buenas como las malas) y no han desaparecido cuando les convenía, acompañándome para el año próximo; porque al fin y al cabo eso es la verdadera amistad, ¿no?

No soy creyente pero tengo fe en que este 2019 venga cargado de carcajadas, lecciones, nuevas personas y muchos cambios (a mejor, a poder ser e.e)

Solo me queda darte las gracias por acompañarme todo este tiempo atrás, el que viene y desearte un feliz 2019 lleno de alegrías y retos.